Hola Hermano/a: Te doy la bienvenida a este espacio que desea ser justamente un vinculo que te lleve al Cielo. Ojala este sitio sea esa Escalera como la que Jacob vio en sueños alla en Betel y puedas decir como el: " Esta si es casa de Dios y puerta del cielo" y ver a los angeles de Dios subir y bajar por ella llevando tus oraciones y trayendo bendiciones de parte de Dios para tu vida.

martes, 5 de enero de 2010

LA FE


AQUI PROPONGO ALGUNAS CITAS BIBLICAS PARA TRABAJAR BIBLIA EN MANO, COMO CON OTROS DOCUMENTOS DE LA IGLESIA, EL TEMA DE LA FE

LECTURAS:

Sab 18,5-9
Salmo 32,1.12.18-20.22
Hb 11,1-2.8-9
Lc 12,32-48

Podemos ver en las lecturas, que el Señor nos esta llamando a vivir la fe de una manera profunda.
Pero ¿Qué es la fe? ¿Creo en todo lo que Dios me dice a través de su Palabra y de la Iglesia? ¿Creo que Dios esta cerca mío un cuando “siento” que esta lejos? ¿Le creo a Dios cuando me dice “no temas, pequeño rebaño? Que me quiere dar el Reino? (Lc 11,32)
Vamos a ver que nos dice el CATIC (CATECISMO DE LA IGLESIA CATOLICA) en el nº 143
Como primera medida, debo decir que la Fe es un don, un regalo que Dios nos hace sin ningún merecimiento de nuestra parte y en el momento que el cree oportuno otorgárnosla. Y si la tenemos, debemos tener la humildad de decirle al Señor: “Creo, pero aumenta mi fe”.
Por eso es tan importante en nuestra vida cristiana y ante las tentaciones rezar una y otra vez el Credo; pero no como los loritos sino con la convicción de que lo que proclamo con los labios, concuerda con lo que hay en mi corazón.

CATIC 176-177-178-180-181-183-184


Decía el Papa Juan Pablo I en una catequesis sobre la virtud teologal de la fe: “Esto es la fe: rendirse a Dios, pero transformando la propia vida. Cosa no siempre fácil. Agustín ha narrado la trayectoria de su fe; especialmente en las últimas semanas fue algo terrible; al leerlo se siente como su alma casi se estremece y se retuerce en luchas interiores. De este lado, Dios que lo llama e insiste; y de aquel, las antiguas costumbres, describe el mismo; y me tiraban suavemente de mi vestido de carne y me decían: < Agustín, pero ¿Cómo? ¿Abandonarnos tú? Mira que no podrás hacer esto, ni podrás hacer aquello y ¡para siempre! ¡Que difícil! Me encontraba (dice) en la situación de uno que esta en la cama por la mañana. Le dicen ¡fuera!, levantate Agustín. Yo en cambio decía: si, mas tarde, un poco mas todavía. Al fin el Señor me dio un empujón y sali. Ahí esta, no hay que decir: Si, pero; si, luego. Hay que decir: ¡Señor, si! ¡Enseguida!. Esta es la fe. Responder con generosidad al Señor. Pero…¿Quién da este si? El que es humilde y se fía enteramente de Dios”. Una fe que no se basa en la obediencia, no es fe. CATIC 144.
Es capricho y deseos de hacer lo que cada uno quiere.
Esto es lo que nos dice la carta a los hebreos sobre nuestro padre Abraham: “obedeciendo al llamado de Dios, partió hacia el lugar que iba a recibir en herencia, sin saber adonde iba”.
Abraham fue obediente ¿somos nosotros obedientes? ¿O hacemos lo que nos parece a nosotros? Hacemos caso a ese llamado que Dios nos hace a vivir en obediencia a su Palabra o hacemos la nuestra?
¿partimos de inmediato hacia la santidad o nos quedamos remoloneando otro “ratito mas” en nuestros pecados?
Como la fe implica obediencia ¿obedezco a la Santa Madre Iglesia cuando en su profundo amor me enseña, me exhorta, me corrige) CATIC 168
No podemos decir que tenemos fe en Jesús, que aceptamos a Jesús pero no tenemos fe en su Iglesia, no la aceptamos ni amamos. CATIC 169
El mismo Papa Juan Pablo I dice “que habia un predicador ingles (Mac Nabb) hablando en Hyde Park, y se había referido a la Iglesia. Al terminar, uno pide la palabra y dice: Bonito lo que ha dicho. Pero yo conozco algunos sacerdotes católicos que no han estado con los pobres y se han hecho ricos. Conozco también maridos católicos que han traicionado a su mujer. No me gusta esta Iglesia formada por pecadores. El padre le dijo: Tiene algo de razón. Pero ¿puedo hacer una objeción? Veamos. Perdone, pero si no me equivoco, lleva el cuello de la camisa un poco sucio. Si, lo reconozco (contesto el hombre) Pero, ¿esta sucio porque no ha empleado jabón o porque ha utilizado el jabón y no ha servido para nada? No-dijo- no he usado jabón.
Pues bien, también la Iglesia Católica tiene un jabón excelente: Evangelio, Sacramentos, oración. El Evangelio leído y vivido; los sacramentos celebrados del modo debido; la oración bien hecha, serian un jabón maravilloso capaz de hacernos santos a todos. No somos todos santos por no haber utilizado bastante este jabón”.

¿Entienden lo que les quise decir con esta anécdota? No se puede rezar el Credo y después hacer lo que a uno se le antoja.
La fe engendra la esperanza y la esperanza el amor. Estas tres virtudes teologales no pueden separarse, sino que se dan un a través de las demás. Por eso la palabra FELICIDAD, comienza con FE. Una persona de fe es una persona feliz. Lo dice el Evangelio que hoy meditamos: “Feliz del hombre….”
Dios es fiel y todas sus promesas se cumplen, pero como son promesas, no se ve de inmediato, en el presente, sino que esperan el futuro. VER Hb 11,1.3. No necesito ver par creer.
A esa fe que Dios me regalo la tengo que CONOCER. ¿Cómo? Con la lectura y el estudio de la Palabra de Dios. Si no conozco las Escrituras profundamente, como voy a hacer la voluntad de Dios. ¿Como voy a obedecer al modo de Abraham?
Pero además la tengo que CUIDAR. La fe es un regalo muy precioso y frágil. Cualquiera me la puede querer arrebatar, robar o romper. Ese “alguien” todos sabemos que son los enemigos de Dios: el demonio, el mundo y la carne. Debemos comenzar a hurgar en lo profundo para saber bien como actúan estos tres bribones que nos quieren apartar de Dios. Tengo que cuidarla evitando todo lo dañino, lo que no es bueno, esto incluye vicios, pecados y malas compañías. Los amigos que no son personas de fe, van a tratar siempre de quitárnosla, pero nosotros tenemos que buscar aquellas personas que nos la van a aumentar. Personas santas.
A la fe tengo que AUMENTARLA. ¿Cómo? Orando. “Señor, aumenta mi fe”, y luego DANDOLA. Realizar verdaderos actos de fe.
Por ultimo VIVIRLA, PRACTICARLA, es decir, vivirla cada vez mas perfectamente, deseando desesperadamente la santidad.
Cuando me asalten las dudas y los temores, las amarguras y las tristezas, y sienta que mi fe decae, primero tengo que averiguar sobre el tema, el porque de mis dudas (discernimiento) e inmediatamente realizo un acto de fe. “Creo, Señor!!!”.

El Papa Pablo VI hizo colocar en la capilla privada de la Casa Pontificia dos mosaicos. Uno de San Pedro y otro de San Pablo: Pedro muriendo y San Pablo también.
Debajo de la figura de San Pedro estas palabras de Jesús: “Orare por ti, Pedro para que no desfallezca tu fe”. Y debajo de San Pablo, que esta recibiendo el golpe de la espada: “He cumplido mi carrera, he conservado la fe”.

Dios también tiene fe en nosotros. (Lc 11,48b). El confía en nosotros y nos confía estas realidades para que nosotros la demos a los demás. Al que confía mucho se le reclamara mucho más.

Ojala que también nosotros podamos guardar nuestra fe de los ataques del enemigo y de sus secuaces. Podamos vivir nuestra fe de un modo real y sin fingimientos.

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