Hola Hermano/a: Te doy la bienvenida a este espacio que desea ser justamente un vinculo que te lleve al Cielo. Ojala este sitio sea esa Escalera como la que Jacob vio en sueños alla en Betel y puedas decir como el: " Esta si es casa de Dios y puerta del cielo" y ver a los angeles de Dios subir y bajar por ella llevando tus oraciones y trayendo bendiciones de parte de Dios para tu vida.

sábado, 23 de abril de 2011

PREGON PASCUAL


Exulten por fin los coros de los ángeles,
exulten las jerarquías del cielo,
y por la victoria de Rey tan poderoso
que las trompetas anuncien la salvación.
Goce también la tierra,
inundada de tanta claridad,
y que, radiante con el fulgor del Rey eterno,
se sienta libre de la tiniebla
que cubría el orbe entero.
Alégrese también nuestra madre la Iglesia,
revestida de luz tan brillante;
resuene este templo con las aclamaciones del pueblo.
En verdad es justo y necesario
aclamar con nuestras voces
y con todo el afecto del corazón
a Dios invisible, el Padre todopoderoso,
y a su único Hijo, nuestro Señor Jesucristo.
Porque él ha pagado por nosotros al eterno Padre
la deuda de Adán
y, derramando su sangre,
canceló el recibo del antiguo pecado.
Porque éstas son las fiestas de Pascua,
en las que se inmola el verdadero Cordero,
cuya sangre consagra las puertas de los fieles.
Ésta es la noche
en que sacaste de Egipto
a los israelitas, nuestros padres,
y los hiciste pasar a pie el mar Rojo.
Ésta es la noche
en que la columna de fuego
esclareció las tinieblas del pecado.
Ésta es la noche
en que, por toda la tierra,
los que confiesan su fe en Cristo
son arrancados de los vicios del mundo
y de la oscuridad del pecado,
son restituidos a la gracia
y son agregados a los santos.
Ésta es la noche
en que, rotas las cadenas de la muerte,
Cristo asciende victorioso del abismo.
¿De qué nos serviría haber nacido
si no hubiéramos sido rescatados?
¡Qué asombroso beneficio de tu amor por nosotros!
¡Qué incomparable ternura y caridad!
¡Para rescatar al esclavo, entregaste al Hijo!
Necesario fue el pecado de Adán,
que ha sido borrado por la muerte de Cristo.
¡Feliz la culpa que mereció tal Redentor!
¡Qué noche tan dichosa!
Sólo ella conoció el momento
en que Cristo resucitó de entre los muertos.
Ésta es la noche
de la que estaba escrito:
«Será la noche clara como el día,
la noche iluminada por mí gozo.»
Y así, esta noche santa
ahuyenta los pecados,
lava las culpas,
devuelve la inocencia a los caídos,
la alegría a los tristes,
expulsa el odio,
trae la concordia,
doblega a los poderosos.
En esta noche de gracia,
acepta, Padre santo,
este sacrificio vespertino de alabanza
que la santa Iglesia te ofrece
por rnedio de sus ministros
en la solemne ofrenda de este cirio,
hecho con cera de abejas.
Sabernos ya lo que anuncia esta columna de fuego,
ardiendo en llama viva para gloria de Dios.
Y aunque distribuye su luz,
no mengua al repartirla,
porque se alimenta de esta cera fundida,
que elaboró la abeja fecunda
para hacer esta lámpara preciosa.
¡Que noche tan dichosa
en que se une el cielo con la tierra,
lo humano y lo divino!
Te rogarnos, Señor, que este cirio,
consagrado a tu nombre,
arda sin apagarse
para destruir la oscuridad de esta noche,
y, como ofrenda agradable,
se asocie a las lumbreras del cielo.
Que el lucero matinal lo encuentre ardiendo,
ese lucero que no conoce ocaso
y es Cristo, tu Hijo resucitado,
que, al salir del sepulcro,
brilla sereno para el linaje humano,
y vive y reina glorioso
por los siglos de los siglos.
Amén

SABADO SANTO- EL DESCENSO DEL SEÑOR A LA REGION DE LOS MUERTOS

El Oficio del lectura trae hoy este texto De una antigua Homilía sobre el santo y grandioso Sábado (PG 43, 439. 451. 462-463) sobre el descenso del Señor a la región de los muertos; describe el encuentro entre Cristo resucitado y Adán, como figura de los justos del Antiguo Testamento que esperaban la redención de Cristo:
¿Qué es lo que pasa? Un gran silencio se cierne hoy sobre la tierra; un gran silencio y una gran soledad. Un gran silencio, porque el Rey está durmiendo; la tierra está temerosa y no se atreve a moverse, porque el Dios hecho hombre se ha dormido y ha despertado a los que dormían desde hace siglos. El Dios hecho hombre ha muerto y ha puesto en movimiento a la región de los muertos.
En primer lugar, va a buscar a nuestro primer padre, como a la oveja perdida. Quiere visitar a los que yacen sumergidos en las tinieblas y en las sombras de la muerte; Dios y su Hijo van a liberar de los dolores de la muerte a Adán, que está cautivo, y a Eva, que está cautiva con él.
El Señor hace su entrada donde están ellos, llevando en sus manos el arma victoriosa de la cruz. Al verlo, Adán, nuestro primer padre, golpeándose el pecho de estupor, exclama, dirigiéndose a todos: «Mi Señor está con todos vosotros». Y responde Cristo a Adán: «y con tu espíritu». Y, tomándolo de la mano, lo levanta, diciéndole: «Despierta, tú que duermes, y levántate de entre los muertos y te iluminará Cristo».
Yo soy tu Dios, que por ti me hice hijo tuyo, por ti y por todos estos que habían de nacer de ti; digo, ahora, y ordeno a todos los que estaban en cadenas: “Salid”, y a los que estaban en tinieblas: “Sed iluminados”, y a los que estaban adormilados: “Levantaos.”
Yo te lo mando: Despierta, tú que duermes; porque yo no te he creado para que estuvieras preso en la región de los muertos. Levántate de entre los muertos; yo soy la vida de los que han muerto. Levántate, obra de mis manos; levántate, mi efigie, tú que has sido creado a imagen mía. Levántate, salgamos de aquí; porque tú en mí y yo en ti somos una sola cosa.
Por ti, yo, tu Dios, me he hecho hijo tuyo; por ti, siendo Señor, asumí tu misma apariencia de esclavo; por ti, yo, que estoy por encima de los cielos, vine a la tierra, y aun bajo tierra; por ti, hombre, vine a ser como hombre sin fuerzas, abandonado entre los muertos; por ti, que fuiste expulsado del huerto paradisíaco, fui entregado a los judíos en un huerto y sepultado en un huerto.
Mira los salivazos de mi rostro, que recibí, por ti, para restituirte el primitivo aliento de vida que inspiré en tu rostro. Mira las bofetadas de mis mejillas, que soporté para reformar a imagen mía tu aspecto deteriorada. Mira los azotes de mi espalda, que recibí para quitarte de la espalda el peso de tus pecados. Mira mis manos, fuertemente sujetas con clavos en el árbol de la cruz, por ti, que en otro tiempo extendiste funestamente una de tus manos hacia el árbol prohibido.
Me dormí en la cruz, y la lanza penetró en mi costado, por ti, de cuyo costado salió Eva, mientras dormías allá en el paraíso. Mi costado ha curado el dolor del tuyo. Mi sueño te sacará del sueño de la muerte. Mi lanza ha reprimido la espada de fuego que se alzaba contra ti.
Levántate, vayámonos de aquí. El enemigo te hizo salir del paraíso; yo, en cambio, te coloco no ya en el paraíso, sino en el trono celestial. Te prohibí comer del simbólico árbol de la vida; mas he aquí que yo, que soy la vida, estoy unido a ti. Puse a los ángeles a tu servicio, para que te guardaran; ahora hago que te adoren en calidad de Dios.
Tienes preparado un trono de querubines, están dispuestos los mensajeros, construido el tálamo, preparado el banquete, adornados los eternos tabernáculos y mansiones, a tu disposición el tesoro de todos los bienes, y preparado desde toda la eternidad el reino de los cielos.»

viernes, 22 de abril de 2011

El valor de la sangre de Cristo


VIERNES SANTO
De las Catequesis de San Juan Crisóstomo, obispo
El valor de la sangre de Cristo
GLOSA
En esta catequesis, el Crisóstomo se dirige a personas que ya han abrazado la fe y que se gozan contemplando a Cristo que les salva por medio de su sangre. En la Biblia, la sangre posee un valor sagrado. Ya en tiempos de Moisés, la sangre de un simple cordero, figura de la de Cristo, había salvado a los israelitas. De la sangre de Cristo ha nacido la Iglesia, han nacido los sacramentos, hemos nacido nosotros a la vida nueva. En la Eucaristía bebemos la sangre del Señor y nos alimentamos para la vida eterna.
¿Deseas conocer el valor de la sangre de Cristo? Remontémonos a las figuras que la profetizaron y recordemos los antiguos relatos de Egipto. Inmolad -dice Moisés- un cordero de un año; tomad su sangre y rociad las dos jambas y el dintel de la casa. «¿Qué dices, Moisés? La sangre de un cordero irracional ¿puede salvar a los hombres dotados de razón? » « Sin duda -responde Moisés-: no porque se trate de sangre, sino porque en esta sangre se contiene una profecía de la sangre del Señor. »
Si hoy, pues, el enemigo, en lugar de ver las puertas rociadas con sangre simbólica, ve brillar en los labios de los fieles, puertas de los templos de Cristo, la sangre del verdadero Cordero, huirá todavía más lejos.
¿Deseas descubrir aún por otro medio el valor de esta sangre? Mira de dónde brotó y cuál sea su fuente. Empezó a brotar de la misma cruz y su fuente fue el costado del Señor. Pues muerto ya el Señor, dice el Evangelio, uno de los soldados se acercó con la lanza, y le traspasó el costado, y al punto salió agua y sangre: agua, como símbolo del bautismo; sangre, como figura de la eucaristía. El soldado le traspasó el costado, abrió una brecha en el muro del templo santo, y yo encuentro el tesoro escondido y me alegro con la riqueza hallada. Esto fue lo que ocurrió con el cordero: los judíos sacrificaron el cordero, y yo recibo el fruto del sacrificio.
Del costado salió sangre y agua. No quiero, amado oyente, que pases con indiferencia ante tan gran misterio, pues me falta explicarte aún otra interpretación mística. He dicho que esta agua y esta sangre eran símbolos del bautismo y de la eucaristía. Pues bien, con estos dos sacramentos se edifica la Iglesia: con el agua de la regeneración y con la renovación del Espíritu Santo, es decir, con el bautismo y la eucaristía, que han brotado, ambos, del costado. Del costado de Jesús se formó, pues, la Iglesia, como del costado de Adán fue formada Eva.
Por esta misma razón, afirma San Pablo: Somos miembros de su cuerpo, formados de sus huesos, aludiendo con ello al costado de Cristo. Pues del mismo modo que Dios formó a la mujer del costado de Adán, de igual manera Jesucristo nos dio el agua y la sangre salidas de su costado, para edificar la Iglesia. Y de la misma manera que entonces Dios tomó la costilla de Adán, mientras éste dormía, así también nos dio el agua y la sangre después que Cristo hubo muerto.
Mirad de qué manera Cristo se ha unido a su esposa, considerad con qué alimento la nutre. Con un mismo alimento hemos nacido y nos alimentamos. De la misma manera que la mujer se siente impulsada por su misma naturaleza a alimentar con su propia sangre y con su leche a aquel a quien ha dado a luz, así también Cristo alimenta siempre con su sangre a aquellos a quienes él mismo ha hecho renacer.

jueves, 21 de abril de 2011

QUE TODOS SEAN UNO...

ORACIÓN DE JESÚS POR LOS SUYOS: QUE TODOS SEAN UNO

El corazón humano late en una secuencia cardiaca formada por dos movimientos continuos: SÍSTOLE:  que es cuando las paredes del músculo cardiaco se contraen al llenarse de sangre y DIÁSTOLE: que es un periodo de descanso, cuando el corazón vacío se relaja.
Salvo alguna cardiopatía, podría decirse que el corazón no se cansa nunca porque tiene un mismo tiempo de trabajo y descanso.
El corazón de Cristo no descansa nunca. Su sístole dice: “que todos se salven” y su diástole: “que ninguno se pierda”.
Porque esa era y es la motivación principal del Señor: que todos nos salvemos y que ninguno de nosotros se pierda.
Y el problema no que todos nos salvemos, porque la sangre que late en el corazón de Jesús fue vaciada en una diástole perpetua de amor para nuestra salvación. El problema es que estando dentro de su grupo de amigos nos perdamos. Y lo que es peor, que hagamos perder a otros.
En una noche como esta, hace ya mas de dos mil años, Jesús le decía estas cosas a sus amigos en torno la mesa pascual.
Habían estado comiendo la pascua judía: el pan sin levadura, el vino y las hierbas amargas. Durante la primera noche de la festividad (las dos primeras en la Diáspora) se acostumbra a llevar a cabo una tradicional cena, llamada "Séder" (סדר), durante la cual se relata la historia de la salida de Egipto.
Tal vez Juan, por ser el menor de todos, haya iniciado la Hagada.
Hagadá significa "contar la historia" de la Pascua. La historia se basa en la respuesta a cuatro preguntas hechas por los hijos. Una de ellas es: ¿Por qué ésta noche es diferente de todas las otras noches? El padre procede a contar la historia del éxodo de Egipto, leyendo del libro "el Hagadá" y usando símbolos y lecciones prácticas para mantener el interés de los más pequeños.
¿Por qué les digo todo esto?
Para recordar en el contexto en que Jesús hace esta oración. La hace sabiendo que iba a entregar su vida por todos nosotros. Esta oración de Jesús por los suyos, es la oración que haría todo padre por sus hijos cuando esta por  morir. “No se peleen entre ustedes”, “cuídense y defiéndanse unos  a otros”, “cuiden y respeten a mamá”. creo que en cosas como esas estaría pensando Jesús.
Esto me recuerda una de las estrofas del  Martín Fierro que dice lo que un Padre amoroso y preocupado diría a sus hijos: “los hermanos sean unidos, tengan unión verdadera en cualquier tiempo que sea, pues si entre ellos pelean los devoran los de ajuera”.
El tema central de la oración de Jesús es LA UNIDAD: QUE TODOS SEAN UNO. (v.21)
Comienza diciendo que el Padre le ha dado autoridad sobre todos los hombres ¿para qué? Para dar VIDA ETERNA a todos los que el Padre le dio.
A mí, a vos, a todos. Jesús toma para sí esa autoridad que Dios le dio para darnos a todos la vida eterna y que a veces tan poco en cuenta la tenemos. Porque si la tuviéramos en cuenta, andaríamos con mas cuidado por la vida tratando de seguir las huellas de Cristo sin irnos ni a derecha ni a izquierda.
Sin embargo, nos olvidamos de la autoridad de Cristo sobre nuestras vidas y queremos caminar a nuestro antojo, olvidándonos que esta en juego precisamente la vida eterna.
Y ¿ qué es en definitiva la vida eterna?
Lo dice Jesús en el versículo 3: “que te conozcan a Ti, el único Dios verdadero y a Jesucristo tu enviado”.
Y ¿qué es conocer a Dios y a su Enviado Jesús sino un continuo desear su voluntad de que todos seamos Uno?
Jesús no pidió ni más unción, ni más gracia para predicar, ni prosperidad, ni poder... sino que pidió UNIDAD.
Un ejemplo de unidad es la Santísima Trinidad. Tres personas distintas, diferentes, complementarias... pero son UNA.
Así somos o debemos ser en la Iglesia: somos muchas personas, diferentes, nos complementamos (a veces)... pero Jesús quiere que seamos Uno.
Nuestras divisiones no glorifican a Cristo. Sino que deshonran su Nombre.
Si en nuestra Iglesia, en nuestra Parroquia hay una mínima división... que nadie lo dude... es Satanás, el que divide, el que esta gobernando y no Cristo, por mas que nos pelemos las rodillas diciendo que oramos y vengamos a misa diaria.
Si yo siembro la duda en los corazones de los hermanos contra otros, contra otros grupos, contra otras expresiones parroquiales... no lo duden: es Satanás quien esta gobernando.
Si descalifico a cualquiera de mis hermanos, de los grupos que fueron inspirados TODOS (no unos si y otros no) por el Espíritu Santo, no lo duden... Satanás esta gobernando.
No se puede estar tener espíritu de “cuatrero” en la Iglesia. No podemos arrebatarnos las ovejas porque no son nuestras, son de Cristo y Cristo quiere que sus ovejas estén en unidad.
Ven ustedes, en el v.9 Jesús no ruega por los que están en el mundo, sino por los que supuestamente no somos del mundo. Pero ¿qué pasa? ¿ No estamos acaso aun en el mundo y en la carne si todavía nos seguimos despedazando entre nosotros?
El Cuerpo de Cristo esta siendo descuartizado. Y yo en mi ingenuidad pensé que el Señor ponía esto en mi corazón por una Unidad mayor entre todos los cristianos, pero en realidad era por nosotros mismos que esta siendo despedazado.
Su Cuerpo místico, como un pan partido en mil pedazos. En un pan partido, las migas sueltas no sirven para alimentar a nadie... se las recoge y se las tira... eso va a pasar con nosotros si seguimos destrozando el Cuerpo de Cristo.
Y ¿ saben que? Estar juntos es una cosa y ser uno es otra. Juntos van 40 personas en un ómnibus, pero eso no quiere decir que sean uno. Cada cual hace lo que quiere, va a donde quiere, piensa lo que quiere, dice lo que quiere. Eso no es Unidad.
Jesús le dice al Padre: SON TUYOS y me los diste para que mi gloria se haga visible en ellos. ¿Es visible la gloria de Dios en nuestra Iglesia? ¿Qué les parece? Entonces ¿porque cada vez hay mayor cantidad de gente que se va a otras religiones?
¿No será porque no mostramos la gloria de Jesucristo actuando en nosotros? ¿No será que los demás no ven a Jesús en nosotros? ¿ No será quizás porque no les damos lo que necesitan? Apoyo, contención, comprensión, amor...?
No sé...es una reflexión tan solo en esta noche tan especial.
Dice Mt.12,25 “toda casa dividida contra sí misma, no permanecerá”.
Si cada grupo, si cada uno de nosotros tira para cualquier lado y no hacia una meta común... el resultado será sin duda la ruina de la casa.
Y esto debería llenarnos de temor  y temblor, porque no es mía ni tuya. Es de Cristo.
Muchos pensamos que el cielo es un lugar maravilloso y que allí se completara la unidad en una extensa mesa festiva donde todos podamos celebrar las Bodas del Cordero. Y así será, pero cuando Jesús oro por la unidad no lo hizo pensando en el cielo, sino en su Iglesia aquí en la tierra.
La unidad es posible, sino leamos Hch. 2, 43-47
El maligno nos quiere engañar para que creamos que la perfecta unidad en la Iglesia será luego de la segunda venida de Cristo. Pero eso no es lo que oro Jesús al Padre.
En el "Seder" se celebran dos cosas:
1- "Recuerdan" con gozo la liberación de la esclavitud egipcia.
2- Y "ansían" la nueva y gran liberación del Mesías... por eso, en cada "Seder" se prepara una silla y una copa de vino para Elías, que ha de preceder al Mesías, ¡por si viene ese año! (Mal.4:5).
Si Jesús viniera en este preciso momento ¿podrías mirarlo a los ojos y decirle: “yo, Señor trabaje por la unidad”... “yo, Señor quiso tu cielo acá en la tierra y no sembré ni él más mínimo vestigio de desunión”... ¿podrías decírselo en esta noche?
¿Por qué será que Jesús todavía no vuelve? ¿Por qué será que el mundo aun es incrédulo ante el Evangelio?
El resultado de la Unidad es que el mundo creerá.  Y esa unidad se realizara porque no es cuestión de hombre alguno, ni denominación, ni de grupo a ver quien tiene mas miembros, es obra del  Espíritu Santo. Él traerá la Unidad a pesar mío, a pesar tuyo, a pesar de cualquiera, nos guste o no.
Esta preparando a su Iglesia, quitando toda división para que todo el mundo crea en Jesucristo. Y esta es una realidad que va mas allá de mis gustos o los tuyos, de mis ambiciones o de las tuyas...
Para que esto suceda debe haber inexorablemente un morir a nuestro yo... un ser sepultado en tierra y morir porque sino quedaremos solos... y para ello, el Espíritu  Santo hará su obra... si todavía causamos divisiones, debemos unirnos a la oración por excelencia que es la oración de Jesús pidiendo  el don del amor (v.23.26.
En el Nuevo Testamento hay dos palabras griegas que se traducen por amor:
FILIA: afición natural, gusto, predilección, atracción por alguien o algo, afecto, cariño. Tiene origen en el objeto amado.
ÁGAPE: es amor inmerecido, sacrificial, misericordioso, amor por el bien del otro. No depende del ser amado sino del que ama.
Filia es amor natural, ágape es amor sobrenatural.
Muchos de los grandes problemas en la Iglesia o en las comunidades eclesiales es que se ama con filia, amo  a quien me ama, amo al que me cae bien o al que piensa como yo.
Pero solo a través del amor Ágape se hace la unidad. Ágape es el amor de Dios en nosotros.
“El amor (ágape) de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos ha sido dado” (Rm 5,5)... Entonces, hay que redescubrir ese amor que el mismo Espíritu derramo sobre nosotros y que parece que lo tenemos sepultado muy profundamente dentro de nosotros.
 “En esto conocerán que  son mis discípulos, en el amor que se tengan unos a otros”(Jn 13,35).
El mundo resiste a todo, pero a lo que no puede resistir es al amor pues esta sediento de el.

CONCLUSION


“ YO EN ELLOS Y TU EN MI, PARA QUE SEAN PERFECTAMENTE UNO, PARA QUE EL MUNDO CONOZCA QUE TU ME HAS ENVIADO” (Jn 17,23)
La palabra “perfectos”  (teleio) significa CULMINAR UN PROCESO DE MADURACION.
Lo que Jesús nos esta pidiendo en otras palabras es que “maduremos”, que crezcamos en amor, en desinteres, en donación...El Espíritu Santo lo va a hacer porque es la voluntad de Dios que así sea...Solo así el mundo lo vera y creerá que Jesucristo es verdaderamente el Hijo de Dios...el Mashiah...Amen,

 ORACIÓN FINAL
Solo os pido que os améis; 
no hacen falta otras leyes ni otros ritos;
que os améis unos a otros,
que multipliquéis los encuentros, las ternuras,
los abrazos y los besos;
solo quiero que os beséis,
y que pongáis en común lo que tenéis,

lo que sois;
que dialoguéis, os entendáis.
Solo quiero que os queráis.

Quiero amigos míos, que os sirváis,
que os lavéis los pies unos a otros,
que os acompañéis
y os ayudéis a caminar;
que os curéis mutuamente las heridas;
que os perdonéis
y que no dejéis a nadie solo.
daos el tiempo que haga falta.
Regalaos mutuamente algún detalle,
cosas, gestos,
como signo de amistad y de presencia,
como yo hice con vosotros;
que lleve vuestra marca y vuestro espíritu;
regalaos en todo a vosotros mismos,
como un pequeño sacramento
el amor es siempre gracia y presencia.
Ya solo vale el amor .
Pero como una condición,
una pequeña circunstancia
que debéis tener en cuenta:
que vuestro amor sea como el mío,
que os sirváis y que os améis,
como yo lo hice con vosotros.
Y nada más.