Hola Hermano/a: Te doy la bienvenida a este espacio que desea ser justamente un vinculo que te lleve al Cielo. Ojala este sitio sea esa Escalera como la que Jacob vio en sueños alla en Betel y puedas decir como el: " Esta si es casa de Dios y puerta del cielo" y ver a los angeles de Dios subir y bajar por ella llevando tus oraciones y trayendo bendiciones de parte de Dios para tu vida.

sábado, 2 de enero de 2010




DIOS ES LUZ

Por: Vilma Bras

En el tiempo ordinario, hemos ido contemplando en las lecturas a Dios como Luz, una luz que rompe con toda tiniebla, con toda oscuridad. Una Luz que sana y que libera. La luz que Jesús trae para todos aquellos que creen en El.
Esas tinieblas y oscuridades que están en nuestra vida y que la atan, no permite que seamos plenamente felices.
Cuando el hombre rompió su amistad con Dios, su vida se lleno de confusión y miedo. Es la confusión y el miedo que nacen de un corazón que va como a la deriva.
El hombre entra en verdaderos problemas cuando rompe con Dios.
Fuimos creados para la comunión con Dios y cuando se rompe, para el hombre es como perder su centro.
San Agustín nos dice: “Nos has hecho Señor para ti y nuestro corazón estará inquieto hasta que descanse en Ti”.
Cuando el alma se aleja de Dios se comienza a sentir inquieto, solo, deprimido Aparece el miedo.
Se aleja de Dios por no aceptar estar bajo Dios. Quiere ser como Dios.
Cuando el hombre se alejo de Dios en el Paraíso ¿Por que lo hizo?


(Gn 3, 1-6) Dios dijo que moriríamos. No! Serán como dioses!!!!

¿que generó que ese “serán como dioses” hiciera tanto impacto?
Dios hizo al hombre libre y en esa libertad, el hombre pudo optar entre estar bajo el poder de Dios o ponerse en el lugar de Dios. Eligio lo segundo.
Y vino el pecado.
Todas las faltas (chicas o grandes) tienen como raíz la SOBERBIA.

¿Como es que Eva y Adán confiaran mas en una serpiente que en ese Dios que cada atardecer se paseaba con ellos y les contaba sus cosas, sus proyectos de amor, y vivian esa comunión profunda de corazón a corazón?
Dice la Palabra de Dios que la serpiente era el mas astuto de los animales. Evidentemente mas astutos que ellos también. La astucia de la serpiente, separo al hombre de Dios.
En segundo lugar, porque ellos quisieron tomar el lugar de Dios con todas las consecuencias que conocemos y sufrimos y dejaron de CONFIAR en aquel que diariamente les manifestaba su amor.
Dice también la palabra de Dios que el fruto era delicioso a la vista…claro, el diablo nunca te va a presentar el pecado como algo feo, horroroso, maléfico sino todo lo contrario. Y para Adán y Eva el “ser como dioses” fue algo muy apetitoso…
Pero no creamos que Adán y Eva fueron peores que nosotros. A lo largo de toda la historia podemos ver como el hombre confía en cualquiera y en cualquier cosa antes que en Dios. Ideologías, filosofías falsas, teologías dudosas, nuevas religiones, nuevos gurús. Cualquier cosa que se nos ofrecen. Tarot, tirada de cartas, lecturas de las manos, cualquier cosa.
Pero en Dios se confía menos…claro, no se ve apetitoso a la vista. Dios te ofrece la felicidad pero a través de la renuncia, del lanzare a ciegas a su voluntad, en la cruz de cada día.

El Señor nos habla a través del profeta Jeremías sobre el tema. Vamos a ver que nos dice: Jer 17, 5-6: “Así habla el Señor: ¡Maldito el hombre que confía en el hombre y busca su apoyo en la carne, mientras su corazón se aparta del Señor!
Es como un matorral en la estepa que no ve llegar la felicidad; habita en la aridez del desierto, en una tierra salobre e inhóspita”.

¡ Que cierta es la Palabra cuando dice que no ve llegar la felicidad!
Hay personas que solo ven lo negativo, lo malo, lo oscuro.
Suelo visitar a una persona que durante todo el tiempo que estoy de visita no hace otra cosa que informarme de todos los muertos de la semana,y sino, me pregunta quien murio. Y vaya que queda con una gran decepcion cuando le digo que nadie ha muerto. O de todos los hombres que engañaron a sus esposas, de todas las mujeres que engañaron a sus maridos y de lo mal que vive. Ni una sola cosa buena. ¡Eso es terrible! ¡Cuanta oscuridad!
¿Con cuantas personas así nos encontramos a diario? Personas que no saben ver el bien, o no ven llegar la felicidad, porque han puesto su confianza en el hombre, en sus fuerzas, pero no en Dios.
Son como dice la Palabra, personas que habitan en los saladares, en los sequedales. Personas que parecen palos secos.
Pueden decir que son así porque han sufrido…tal vez, pero no es excusa porque muchos sufren peores cosas y sin embargo son personas optimistas y llenas de vida.
Lo cierto es que viven rodeados en su propia soberbia: juzgando todo y a todos y poniéndose en el lugar de Dios.
Confían solo en ellos porque son incapaces de confiar en Dios por la sencilla razón que la confianza en Dios requiere o implica compromiso.
Confían en sus fuerzas, en su inteligencia, en su poder. Pero todo eso se acaba, se termina y cuando eso ocurre ¿que queda?
El otro día escuchaba un noticiero y de las tres noticias que escuche, dos contenían algo que no era cierto y pensé: “pensé que mucha gente cree o confía en la noticia que están dando”.
¿ En quien vamos a confiar?

Debemos pedir: Señor, dame luz para ver con claridad lo cotidiano”.

Dice el Salmo 41 (40),10: “ Hasta mi amigo mas intimo, en quien yo confiaba, el que comió mi pan, se puso contra mi”.

¿En quien voy a confiar si dice que hasta el amigo más íntimo se puede poner en contra.

En cambio hay gente que su fe nos hace respirar. Su fe es como una luz grande. Gente que vive lo que dice la otra parte de la lectura de Jr 17, 7-8: “Bendito el hombre que confía en el Señor y en el tiene puesta su confianza! El es como un árbol plantado al borde de las aguas, que extiende sus raíces hacia la corriente; no teme cuando llega el calor y su follaje se mantiene frondoso; no se inquieta en un año de sequía y nunca deja de dar fruto”
Esa gente es como un árbol. Dice un dicho popular que los árboles mueren de pie. Así son los que confían en Dios: constantes, seguros, firmes en sus convicciones, serenos, silenciosos, respiran quietud…
No le temen a nada ni a nadie porque saben que el Señor los acompaña.” El Señor es su refugio y fortaleza, una ayuda siempre pronta en los peligros” ( Salmo 46 (45),2)
“Feliz el que pone en el Señor toda su confianza y no se vuelve hacia los rebeldes que se extravían tras la mentira” (Salmo 40 (39) , 5)

Jesús les dice constantemente a sus discípulos y a nosotros hoy: “Creéis en Dios, crean también en mi. En la casa de mi Padre…”
Jesús hoy nos invita a poner toda nuestra confianza en El porque nos ha dado sobradas muestras de su fidelidad, de su amor hacia cada uno de nosotros.
Nos llama Bienaventurados, dichosos, felices si ponemos toda nuestra vida en El.
Santa Teresa de los Andes decía: “Los corazones de los hombres aman un día y al otro son indiferentes. Solo Dios no cambia”

Leamos entonces el Evangelio de Lc 6, 20-26: "Jesus miro a sus discipulos, y les dijo:
Dichosos ustedes los pobres, pues de ustedes es el Reino de Dios.
Dichosos ustedes los que ahora tienen hambre, pues seran satisfechos.
Dichosos ustedes los que ahora lloran, pues despues reiran.
Dichosos ustedes cuando la gente los odie, cuando los expulsen, cuando los insulten y cuando desprecien su mombre como cosa mala, por causa del Hijo del hombre.
Alegrense mucho, llenense de gozo en ese dia, porque ustedes recibiran un gran premio en el cielo; pues tambien asi maltrataron los antepasados de esa gente a los profetas.
Pero, ay de ustedes los ricos, pues ya han tenido su alegria!
Ay de ustedes los que estan satisfechos, pues tendran hambre!
Ay de ustedes los que ahora rien, pues van a llorar de tristeza!
Ay de ustedes cuando todo el mundo los alabe, pues asi hacian los antepasados de esa gente con los falsos profetas!"

Las primera carta a los corintios dice: “Si solamente para esta vida tenemos puesta nuestra esperanza en Cristo ¡somos los hombres mas dignos de compasión!
Si pensamos que nuestra vida es esto solamente, o que el evangelio es para esta vida solamente, vana es nuestra fe. No sirve de nada. Nosotros confiamos en el Señor, que nos tiene prometido una vida eterna, una vida en sus moradas eternas.
Nuestro auxilio esta en el Nombre del Señor que hizo el cielo y la tierra ¿en que otra cosa más puedo poner mi confianza.
Santa Teresa de Jesús decía en un bello poema:

Santa Teresa de Jesús

"Nada te turbe, nada te espante.
Todo se pasa. Dios no se muda.
La paciencia todo lo alcanza.
Quien a Dios tiene, nada le falta.
Sólo Dios basta.

TU ERES MI RIO

Jesús, tu eres mi río
Donde mi alma se acerca a beber,
A tu vera descanso agradecida
Porque es largo el camino a recorrer.

Jesús, yo soy un árbol
Que a tu lado feliz quiere crecer,
Voy dando frutos, los que tú quieres
Porque tu gracia los hace aparecer

Tú eres mi río, yo soy tu árbol
Un tierno amor ha nacido entre los dos,
Que buen equipo juntos formamos,
No existen dudas ni tribulación.
Tú eres mi río, yo soy tu árbol,
Que buen equipo formamos los dos
Nadie nos vence, mi Bien Amado
Pues mayoría somos tú y yo…

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