Hola Hermano/a: Te doy la bienvenida a este espacio que desea ser justamente un vinculo que te lleve al Cielo. Ojala este sitio sea esa Escalera como la que Jacob vio en sueños alla en Betel y puedas decir como el: " Esta si es casa de Dios y puerta del cielo" y ver a los angeles de Dios subir y bajar por ella llevando tus oraciones y trayendo bendiciones de parte de Dios para tu vida.

miércoles, 6 de enero de 2010

CUANDO PERDEMOS LA INOCENCIA


EXODO 32, 7-11.13-14 / LC 15,1-10

El pueblo de Israel, estaba adorando a un dios falso. Estaba cometiendo un pecado gravísimo: IDOLATRIA.
El Señor, enojado por semejante rebeldía le “endosa” el pueblo a Moisés (v.7).
Pero Moisés, con una diplomacia tremenda “se lo devuelve” y le recuerda que no es su pueblo (aunque forma parte de el) sino de Dios.
En el v.12 vemos un claro cuestionamiento de Moisés hacia el Señor que en realidad es un pedido, una suplica. Lo que comúnmente llamamos INTERCESION.
Como habrá sido de eficaz esta intercesión que el Señor renuncia a destruir a SU PUEBLO (lo acoge nuevamente) y le otorga su PERDON.
En muchas ocasiones Moisés intercede por este pueble rebelde y de dura cerviz, porque en definitiva SABE del amor misericordioso y de la fidelidad permanente de Dios.
El mismo ha tenido la profunda experiencia de ese amor y tiene con el Señor una relación de confianza, amistad, unión. Esta unión, le permite dirigirse a Dios con la seguridad de ser escuchado, porque ambos eran una sola cosa. Asi como la montaña y la Roca son una sola cosa.
Moisés es el icono, la prefigura de Jesús que intercede ante el Padre por los pecados del pueblo.
Jesús es el único intercesor entre Dios y los hombres. Así, Jesús quiere “devolver al Padre a aquellos que en su necedad SE HAN PERDIDO en las sombras del pecado.

El evangelio nos relata que Jesús recibía y comía con los pecadores. Para Jesús era la prioridad numero uno. Era más importante un pecador que un justo, porque el justo llegaba a tener tanta “justicia” que no se creía necesitado de perdón.
Los maestros de la Ley lo criticaban (y murmuraban) contra Jesús, porque prefería a los pecadores y no a ellos que se pretendían no necesitados del perdón que le ofrecía.
Sin embargo, Jesús responde a estas criticas y murmuraciones con una pasmosa sabiduría reflejada en estas parábolas (que en realidad son tres) en las que manifiesta el amor misericordioso de Dios por sus hijos.
LA OVEJA PERDIDA – LA MONEDA PERDIDA Y EL HIJO PRODIGO O PERDIDO.
Hay en las tres parábolas un hilo conductor que nos puede llevar a comprender el porque de esa alegría en cielo por un solo pecador que se convierte que por los noventa y nueve justos que no necesitan conversión.
La imagen de la oveja perdida nos sugiere la perdida de la inocencia a causa del pecado. ¿Hay algo más inocente que una oveja?
Cada cual sabe de donde viene. De donde nos rescato el Señor. En que despeñadero nos encontrábamos o a merced de que lobos eramos acechados.
Cada uno sabe cual es ESE pecado que, aun habiéndolo confesado, nos vuelve a la mente una y otra vez y nos recuerda la inocencia perdida. La oveja perdida. No somos nosotros la oveja. La oveja perdida se llama INOCENCIA.
Los pastores le ponen a cada oveja un nombre y las reconocen y cuando las llaman por su nombre, estás responden.
La oveja que se le escapo a Jesús se llama INOCENCIA.
Sin embargo, les tengo una muy Buena Noticia: Jesús salio a buscar a la Inocencia perdida, la encontró, la puso sobre sus hombros, sano sus heridas y la restauro al hogar, junto a las otras ovejitas. Y se alegro mucho de tenerla nuevamente consigo y las otras ovejitas tambien se alegraron porque cuando falta la INOCENCIA, todo se vuelve más oscuro y triste y amargo.
Dice el Salmo l47, 3:” El sana a los que tienen el corazón roto y les venda las heridas”
Y el Salmo 144,2: dice:”El es mi amigo fiel, mi lugar de protección, mi mas alto escondite, mi libertador; el es mi escudo, y con el me protejo, el es quien pone a los pueblos bajo mi poder”.

Jesús aventaja a moisés en su intercesión porque no solo intercede con palabras sino con la acción.
El se vuelve mi amigo fiel. Y cuando hablo de fiel hablo de FIDELIDAD. De fidelidad de su parte, de su lealtad, de cumplir las promesas ¿como? ¿Cuando? ¿Donde? No lo se, pero se que es digno de confianza porque “ nos ama y nos ha librado de nuestros pecados derramando su sangre”. (Ap 1,5)
Fidelidad, de nuestra parte suele ser otra ovejita que a veces se nos escapa.
¡Cuánto debemos valer para El! No importa cuanto me haya alejado, cuan herida este, cuanto haya pecado…Par El valgo muchísimo…y sino preguntémosle a la pecadora que rompió el frasco de perfume en los pies del Señor, o a Zaqueo, o a tantos pecadores públicos que fueron sanados y liberados por Jesús, el mejor amigo.
El que no te pregunta nada, ni te echa en cara el pecado, sino que te dice: “vete en paz, pero no peques mas”.

Veamos la segunda parábola: LA VAMOS A VOLVER A LEER PARA RECORDARLA (Lc 15,1-10)
La mujer tenía diez monedas ( 10 dracmas). Una dracma era equivalente a un denario. Un denario, en el tiempo de Jesús era lo equivalente a un día de trabajo (jornal)
Para la gente de ese tiempo, el salario de un día era tremendamente importante, al punto que según dice la Palabra de Dios en Lev 19,13:“no retengas la paga del trabajador hasta el día siguiente”.
Entonces imagínense esta pobre mujer que tenia en su poder el salario para diez días, viene y se le pierde una moneda con lo que le quedaría solo para vivir nueve días. Los veintiún días restantes se las tendría que arreglar.
Entonces imagínense la alegría que tiene esta mujer al encontrar la moneda perdida que llama a las vecinas y comparte su alegría con ellas y les dice: “alégrense conmigo porque la encontré”
Para Jesús, nosotros somos esa monedita, jornal de un día, pero tan valiosa…Ese es el valor de la moneda. El valor esta dado por lo que es para cada uno. Para un rico, una moneda no vale nada, pero para un pobre…Para un hombre cualquiera nada, pero para Jesús tiene el valor de su propia sangre.
Y aquí va la segunda Buena Noticia de la noche: Leamos en Col 2, 13-15
Fue el mismo Dios, quien salio a buscarnos porque nos habíamos perdido en la noche oscura del pecado. Nos ha perdonado en la Cruz del Calvario porque según sus propias palabras “no saben lo que hacen”.
Pensemos en el dia de la celebracion de la Exaltación de la Santa Cruz. El amor misericordioso de Jesús manifestado en la cruz. Si queres saber como es el amor: mira la cruz, si queres saber como es el despojo de si mismo: mira la cruz, si queres saber que es donarse: mira la cruz…
La escuela de la vida esta en la Cruz. Ella te enseña a vivir según Jesús.
Imagínense que viene alguien a visitarlos a su casa y ve sobre la mesa o pegada en la puerta de la heladera la factura de la EPE de 300 o 400 pesos y le dice “che, fulanita…deja, esta factura me la llevo y la pago yo. No te preocupes, esta deuda desde ahora es mía. Yo la pago” ¿Qué harían?
Bien: El tomo la factura de la deuda que teníamos con Dios por nuestra infidelidad, nuestra rebeldía y la anulo, la elimino. Se hizo cargo de ella clavándola en la cruz.
Entonces tomamos conciencia de que ese premio es para nosotros y tomamos conciencia de lo que dice San Pablo a los Romanos en el capitulo 5, versículos del 18 1l 20: “donde abundo el pecado, sobreabundó la gracia”
¿No son estas las mejores noticias que has escuchado en el día de hoy?
Tu pecado, mi pecado fue eliminado por Jesucristo.
Así es Dios, así es su amor y su misericordia. La que podemos palpar y experimentar en cada Reconciliación sacramental o en cada acto penitencia de la Santa Misa.

LEER Nº 177 DE APARECIDA

Dios no quiere la muerte del pecador sino que se convierta y que viva. El renuncia al castigo, prefiere la espera, la misericordia. El desea que haya fiesta en el cielo.
¿Se acuerdan donde esta el cielo? El cielo esta dentro de cada uno.
Cuando nos sabemos perdonados, en nuestro ser interior hay fiesta, gozo, paz, alegría, liberación y sanacion.
Eso es lo que Jesús nos ofrece.
La Buena noticia sigue siendo que Jesús es tu salud y tu fiesta.


ORACION DE SANACION

El Rey David, después de ese pecado gravísimo que había cometido, compuso una oración maravillosa que los cristinos llamamos MISERERE. El Salmo 50, cerramos los ojos y unimos nuestro espíritu al espíritu con que fue escrita esta hermosa declaración de humildad y arrepentimiento.

SALMO 50
Tenme piedad, oh Dios, según tu amor, por tu inmensa ternura borra mi delito,
lávame a fondo de mi culpa, y de mi pecado purifícame.
pues mi delito yo lo reconozco, mi pecado sin cesar está ante mí;
contra ti, contra ti solo he pecado, lo malo a tus ojos cometí.
Por que aparezca tu justicia cuando hablas y tu victoria cuando juzgas.

Mira que en culpa ya nací, pecador me concibió mi madre.
Mas tú amas la verdad en lo íntimo del ser, y en lo secreto me enseñas la subiduría.
Rocíame con el hisopo, y seré limpio, lávame, y quedaré más blanco que la nieve.
Devuélveme el son del gozo y la alegría, exulten los huesos que machacaste tú.
Retira tu faz de mis pecados, borra todas mis culpas.
Crea en mí, oh Dios, un puro corazón, un espíritu firme dentro de mí renueva;
no me rechaces lejos de tu rostro, no retires de mí tu santo espíritu.
Vuélveme la alegría de tu salvación, y en espíritu generoso afiánzame;
enseñaré a los rebeldes tus caminos, y los pecadores volverán a ti.
Líbrame de la sangre, Dios, Dios de mi salvación, y aclamará mi lengua tu justicia;
abre, Señor, mis labios, y publicará mi boca tu alabanza.
Pues no te agrada el sacrificio, si ofrezco un holocausto no lo aceptas.
El sacrificio a Dios es un espíritu contrito; un corazón contrito y humillado, oh Dios,
no lo desprecias.
¡Favorece a Sión en tu benevolencia,reconstruye las murallas de Jerusalén!
Entonces te agradarán los sacrificios justos,- holocausto y oblación entera - sobre tu
altar se inmolaran novillos.


Señor, vengo ante ti a ofrecerte mi corazón.
A quebrarlo ate ti como quebró el alabastro aquella mujer pecadora.
A dejar salir de mi el perfume de la humillación y del agradecimiento, e inunde todo este lugar.
Vengo a dejar abiertas las puertas de mi mente para que tú pases por cada una de ellas.
Penetra en la puerta de los RECUERDOS y pasa sanando aquellos recuerdos más doloroso o más vergonzantes.
Toca con tu mano, Señor aquel recuerdo que vuelve una y otra vez a recordarme el pecado cometido.
Paséate por mis recuerdos de la infancia en los que no fui feliz, en los que me sentí desamparado, solo, abandonado. En aquellos recuerdo en los que i golpeado, maltratado, desvalorizado, insultado, maldecido, despreciado.
En aquellos recuerdos en los que fui dejado de lado, humillado, burlado, sobre todo entre mis amigos y compañeros.
En aquellos recuerdos que dejo el pecado de impureza, fornicacion, adulterio.
Sana, Señor todos estos recuerdos que hieren nuestro corazón cada vez que afloran a nuestra mente...
Cúbrelos con tu amor y tu misericordia. Lávalos con tu preciosa sangre.
Tú pasas por esta rea de los recuerdos dejando las huellas de l paz, la serenidad y la alegría.

Penetra Señor por la puerta de los SENTIMIENTOS sanando todo odio, rencor, resentimiento, amargura, tristeza, soledad, depresión.
Todo sentimiento de culpa, de inferioridad que estos recuerdos han provocado.
Sana todo sentimiento negativo hacia lugares, animales, cosas y personas que nos remiten a esos recuerdos. Tú pasas por esta área de los sentimientos dejando las huellas de la compasión, la comprensión y la empatia.

Penetra Señor por la puerta de las EMOCIONES. Muchas veces, los recuerdos nos llevan a tener todo tipo de emociones como la ira, bronca, colera, autodestrucción, emoción violenta, rabias, fobias, miedos.
Tu paso por esta área va dejando una huella muy profunda que se trasluce en el desapego y el dominio de si mismo.
Tú sanaste nuestra mente en sus recuerdos, sentimientos y emociones.
Sana ahora por favor, las enfermedades físicas que estos recuerdos con sus sentimientos y emociones provocan: diabetes, hipertensión arterial, artritis y artrosis, eczemas, reacciones alérgicas, cefaleas, migrañas, mareos, vértigo, sorderas, mudez, tartamudez, visión defectuosa, problemas gástricos, estomacales, hepáticos, intestinales. Problemas respiratorios, asmas, bronquitis, alergias.
Problemas renales, uremia, próstatas, falta de retención,…
Tu Señor sabes cual es la raíz de nuestra dolencia. Tocala, Señor. Llega hasta el fondo de nuestro ser sanando. Renuévanos por dentro con espíritu y sella lo que has hecho con tu Sangre Preciosa y Tu Santo Espíritu. En el Nombre de Jesús. Amen. Amen.

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