Hola Hermano/a: Te doy la bienvenida a este espacio que desea ser justamente un vinculo que te lleve al Cielo. Ojala este sitio sea esa Escalera como la que Jacob vio en sueños alla en Betel y puedas decir como el: " Esta si es casa de Dios y puerta del cielo" y ver a los angeles de Dios subir y bajar por ella llevando tus oraciones y trayendo bendiciones de parte de Dios para tu vida.

lunes, 26 de abril de 2010



GEDEON (Jueces 6,11-24)

LO QUE DICE EL TEXTO

Este texto es muy valioso para mi, porque el mismo Señor me hizo experimentar en mi vida lo que a Gedeon. Es por eso que este jueves lo elegí en lugar de las lecturas del domingo. Esta lectura pertenece al día martes de esta semana y volvió a recordarme, aquellos momentos en que el Señor se hizo presente en mi vida para darme animo y valor y vencer a mis enemigos con la sola arma de su Palabra, de su Espíritu Santo, en fin, de su Presencia.
Dice que Gedeon estaba escondido limpiando el trigo porque tenia miedo que lo vieran los madianitas (pueblo nomade)

Entonces aparece el Ángel del Señor y se sienta bajo la encina de Ofra. El Señor debe haber estado observándolo un momento porque luego de un rato lo saluda diciendo: “El Señor esta contigo, hombre fuerte y valiente”.

Gedeon le responde que si verdaderamente es el Señor ¿Por qué les pasa a los israelitas todo lo que les pasa? Y aun más, le reprocha su abandono.

Se Señor le responde sin darle mayores explicaciones: “Usa tu fuerza”

Gedeon volvió a excusarse diciendo que su clan era el menos numeroso y él el mas pequeño de su familia. Sin embargo, el Señor insiste diciendo que podría hacerlo porque El esta con Gedeon.

Con todo Gedeon no esta todavía convencido de que sea el Señor quien habla y pide un prueba y el Señor asiente ser probador.

Trae carne, pan sin levadura y caldo y lo presenta ante el Señor poniendo todo esto sobre la roca. El Señor toca la ofrenda con su bastón y de la roca sale fuego que consume toda la ofrenda. Ahí Gedeon cae en la cuenta de que ha estado ante el Señor y se asusta, pero el Señor le dice que no tenga miedo, que no va a morir y que reciba la paz.
QUE ME DICE EL TEXTO

Independientemente de donde me encuentre, en que situación, en que condiciones, en que circunstancias, el Señor esta permanentemente con cada uno de nosotros. A veces se mantiene en silencio, observándonos, como una madre observa a su hijo jugar, o estudiar o dormir.

En muchas oportunidades El ha estado con nosotros como en otros tiempos estuvo con Isaac aquella noche en que se fue a Berseba después de pelear por unos pozos de agua; o como cuando se le aparece a Jacob en Betel. Ha estado con nosotros como cuando envió a Moisés a hablar con el faraón, o con Josué y con Isaías.

Han pasado generaciones y generaciones de hombres que han percibido de una manera sensible la presencia de Dios en sus vidas, y aun así muchas veces nos preguntamos o le preguntamos ¿Por qué si vos estás en mi, me sucede esto? ¿Por qué si vos estás conmigo me sucedió tal desgracia o no puedo realizar tal proyecto?

¡Cuantas veces nos preguntamos donde están los milagros de otros tiempos!

Maria también pregunto ante el anuncio del Ángel ¿Cómo puede ser esto? (Lc 1,34)

Es entonces cuando el Señor nos abre los ojos para que lo veamos allí, a un paso de nosotros, mientras tomamos conciencia de su presencia allí y nos sacude un poco la estantería diciéndonos: “ Usa la fuerza que tienes”, podríamos decir que nos diría: “Te di las manos, la inteligencia, en fin te di el Espíritu Santo que te da valentía y poder…usalo. No te quedes ahí parado teniendo temor al que dirán porque yo te envío”

Si, pero soy tan insignificante, no sirvo, me aplastaran.

Pero El va seguir insistiendo, porque no se va a quedar tranquilo hasta que sanes tanta inmadurez. Te va a animar diciéndote “podrás hacerlo, yo estoy contigo”.

Pero para tomar verdadera posesión del don que el Señor nos brinda, el de su presencia constante va a requerir de nosotros un desprendimiento. No nos va a apurar, nos va a seguir esperando pero…para que gocemos de El permanentemente es necesario poner la carne y los panes acimos sobre la roca.

En el lenguaje popular podríamos decir “poner toda la carne al asador”. Comenzar a trabajar en todo aquello que nos aleja de la presencia de Dios. Porque no puede convivir lo santo con el pecado. Lo sagrado con lo profano. La luz con las tinieblas.

Como dijo el hermano Himitian en el Encuentro del Luna Park: si robamos tenemos que dejar de robar. Ni un clip del escritorio, ni una tuerca del taller. Si estamos casados, ni la mirada dirigir a otro que no sea nuestro cónyuge. Si somos solteros, separados o divorciados no mantener relaciones que no están encuadradas dentro del matrimonio.

Crucificar nuestra carne en la cruz de Cristo y entregar los panes sin levadura de nuestros deseos.

Luego de que hayamos hecho nuestra elección, el Señor desaparecerá de nuestra vista como con los discípulos de Emaus, pero su presencia permanecerá constante y actuante en vos.

Vale la pena la ofrenda, vale la pena el sacrificio, vale la pena abandonarlo todo por alcanzarlo a El.

Dios revelándose a si mismo como le dijo a Moisés: “Yo soy el Dios de tus antepasados. El Dios de Abraham, Isaac y Jacob”. Entonces ¿qué miedo podemos tener? Podemos esperar tener paz, porque cuando esta Dios, nada falta. ¿Difícil? Si, pero como le dijo el Ángel a Maria: “par Dios nada es imposible”(Lc 1,37)

CONCLUSION:

 El Señor me encuentra donde yo este, independientemente de las circunstancias en las que me encuentro. El mismos se manifiesta, se revela de una manera sensible.

 Me hace saber que EL ESTA SIEMPRE CONMIGO (aunque yo no me de cuenta que esta)

 El espera que yo haga lo que tenga que hacer. El me envía y para eso me da su Espíritu Santo.

 No acepta las excusas que yo le pueda poner. Siempre insiste en su presencia. YO ESTOY CONTIGO

 Acepta que desee discernir y acepta a que lo ponga a prueba y acepta a que le ofrezca algo (no como un canje, sino como una muestra de mi amor y gratitud).

 Te deja caminar solo, pero siempre esta allí. A veces parecerá que no esta, que ha desaparecido, en realidad ha aceptado tu ofrenda, tu sacrificio y esta oculto para brindarte ayuda y protección.

ORACION

Amado Padre Dios, te doy gracias porque esta noche te me has revelado en el lugar del encuentro. Allí donde tu bajas y yo subo, a mi corazón.

Allí me has manifestado tu amor y tu fidelidad, que vale más que cualquier cosa que pudiera desear.

Tú eres la paz, tú eres mi paz.

Contigo a mi lado, nada temo, Señor, porque tú estás conmigo.

Tú haces que mi cobardía se vuelva valor, que mi tristeza se vuelva alegría, que mi debilidad se vuelva vigor.

Tú me das la fuerza de un búfalo, par combatir con el mayo de mis enemigos: Yo mismo.

Hoy quiero hacerme yo mismo ofrenda agradable a Ti.

Hoy quiero poner sobre Ti, que eres la Roca, mi carne para que sea quemada por el fuego purificador de tu Espíritu.

Quiero entregarte mi carne que tira para abajo mientras mi espíritu tira hacia las cosas de arriba.

Quiero crucificar mi carne manifestada en mi orgullo, en mi vanidad, en mi codicia, en mi egoísmo para que se vuelva humildad, modestia, generosidad para con todos mis hermanos.

Quiero crucificar mi carne manifestada en mis vicios y pecados

Quiero ofrendarte Padre, los panes azimos, sin levadura de mis descontentos, de mis desganos, de mi apatía, de mis desilusiones.

Enséñame cada día a limpiar el trigo de mi vida, a separar lo bueno de lo malo en el lugar del encuentro, en el lugar de la revelación. Allí donde te has hecho presente.

Enséñame Padre, a ser fuerte y valiente para llevar a cabo la obra que tu tiene preparada par que yo y no otro realice.

Tú me llamas a vencer a los enemigos de tu Pueblo, a guerrear contra aquellos que constantemente quieren arrebatarnos lo que hemos sembrado.

El enemigo esta al acecho para arrebatarnos la paz, la alegría, la felicidad, la fe, la esperanza, el amor, el entusiasmo.

Enséñame a ganarme la vida eterna cada día con la humildad, la paciencia, el desprendimiento de lo material, el despojo de lo pasajero y el desprecio del amor propio.

Enséñame y recuérdame, Padre cada día que soy como la hierba que crece por la mañana y se seca por la tarde.

Calienta mi vida con el soplo de tu Espíritu Santo, con tu amor y tu fidelidad permanente y ayúdame a ser lo que tú quieres que sea. En el Nombre de Jesús. Amen. Amen.





Por: Vilma Bras de Lercara

2 comentarios:

  1. hola vilma: esta reflexion la vi en el retiro sobre liderazgo.no sabia anda de gedeon , hasta ese retiro.bella la palabra!

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  2. Bueno...al parecer el Espiritu sopla hacia la misma direccion, pues como sabras yo no estuve alli, y esta es una produccion totalmente personal..Gracias

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